Banca social
Así la define Wikipedia:
La banca ética, también conocida como banca social, sostenible, alternativa o responsable, es un tipo de entidad financiera que combina los beneficios sociales y medioambientales con la rentabilidad económica de las entidades financieras convencionales.[1] La banca social sólo ofrece instrumentos de financiación ética, a diferencia del resto de la banca que también puede ofrecer dichos instrumentos, además de los convencionales, o bien que sólo ofrece los convencionales.
Se distingue de la banca convencional en la naturaleza social de los proyectos que financia, en el filtro ético de las empresas en las que invierte y en la transparencia de sus acciones. Por ejemplo, los bancos éticos rechazan el invertir en empresas relacionadas con el tráfico de armas, la explotación laboral, la energía nuclear o la destrucción del medio ambiente. Además, suelen caracterizarse por financiar proyectos con alto contenido social o medioambiental: respeto a los derechos humanos, educación, protección del medio ambiente, energías renovables, propulsión alternativa, ocupación laboral de discapacitados, desarrollo de proyectos en el Tercer Mundo.. Algunos de estos bancos se han hecho populares por la concesión de microcréditos.
Otro de sus rasgos es que intentan proporcionar respuestas a las personas excluidas del sistema financiero desde el punto de vista del ahorro, por un lado, y desde el punto de vista del crédito, del otro:
A los primeros -personas o instituciones que no encuentran en el mercado un producto de ahorro adecuado a sus necesidades-, las finanzas éticas ofrecen productos financieros que, sin olvidar el rendimiento económico, les permiten participar en las decisiones referentes al destino de sus ahorros, de suerte que éste no entre en contradicción con sus valores.
El segundo grupo -excluidos financieros desde el punto de vista del crédito- está constituido por personas emprendedoras y entidades del tercer sector y la economía social que encuentran importantes dificultades para acceder al crédito convencional y que a menudo cumplen los requisitos éticos que los ahorradores están buscando. Este tipo de entidad concede préstamos o créditos a aquellas personas que tengan un proyecto empresarial viable y con contenido social, aunque no tengan garantías patrimoniales o avales.
Otra característica de la banca ética suele ser una mayor democracia y participación en la toma de decisiones internas; algunos de ellos son cooperativas. A este respecto existen dos corrientes de banca ética: la mediterránea y la anglosajona. Por ejemplo, en la primera se encuentra el Banco Popular Ético italiano, una cooperativa de reciente creación; en la segunda el Co-Operative Bank, banco británico con más de un siglo de antigüedad que se ha reconvertido a la banca ética. Por último también cabe destacar el banco ético de origen holandés Triodos Bank, fundado en 1980 en Holanda y que actualmente tiene sedes en Reino Unido, Bélgica, España y próximamente en Alemania.
Se distingue de la banca convencional en la naturaleza social de los proyectos que financia, en el filtro ético de las empresas en las que invierte y en la transparencia de sus acciones. Por ejemplo, los bancos éticos rechazan el invertir en empresas relacionadas con el tráfico de armas, la explotación laboral, la energía nuclear o la destrucción del medio ambiente. Además, suelen caracterizarse por financiar proyectos con alto contenido social o medioambiental: respeto a los derechos humanos, educación, protección del medio ambiente, energías renovables, propulsión alternativa, ocupación laboral de discapacitados, desarrollo de proyectos en el Tercer Mundo.. Algunos de estos bancos se han hecho populares por la concesión de microcréditos.
Otro de sus rasgos es que intentan proporcionar respuestas a las personas excluidas del sistema financiero desde el punto de vista del ahorro, por un lado, y desde el punto de vista del crédito, del otro:
A los primeros -personas o instituciones que no encuentran en el mercado un producto de ahorro adecuado a sus necesidades-, las finanzas éticas ofrecen productos financieros que, sin olvidar el rendimiento económico, les permiten participar en las decisiones referentes al destino de sus ahorros, de suerte que éste no entre en contradicción con sus valores.
El segundo grupo -excluidos financieros desde el punto de vista del crédito- está constituido por personas emprendedoras y entidades del tercer sector y la economía social que encuentran importantes dificultades para acceder al crédito convencional y que a menudo cumplen los requisitos éticos que los ahorradores están buscando. Este tipo de entidad concede préstamos o créditos a aquellas personas que tengan un proyecto empresarial viable y con contenido social, aunque no tengan garantías patrimoniales o avales.
Otra característica de la banca ética suele ser una mayor democracia y participación en la toma de decisiones internas; algunos de ellos son cooperativas. A este respecto existen dos corrientes de banca ética: la mediterránea y la anglosajona. Por ejemplo, en la primera se encuentra el Banco Popular Ético italiano, una cooperativa de reciente creación; en la segunda el Co-Operative Bank, banco británico con más de un siglo de antigüedad que se ha reconvertido a la banca ética. Por último también cabe destacar el banco ético de origen holandés Triodos Bank, fundado en 1980 en Holanda y que actualmente tiene sedes en Reino Unido, Bélgica, España y próximamente en Alemania.