Discurso de apertura (resumen):
Hoy nos encontramos en la "muy ejemplar ciudad de Eibar", Título que le otorgó el Gobierno de la República después de que Eibar fuera la primera ciudad en proclamar la República en la madrugada del 14 de abril de 1.931.
Como decía un ilustre eibarrés - Toribio Etxeberria - en su libro "Viaje al País de los recuerdos, es este un pueblo, el eibarrés, que está ubicado en el valle del Ego y que se llamaba villa - y lo era por los muros, las puertas y las carvacas que había tenido en la época de sus abuelos - también podía haberse llamado Universidad como Régil y República como Abando, ello por lo vivamente que siempre ha sentido la vida pública y por registrar en una sensibilidad de la historia, el latido de lo universal. Comparto las apreciaciones de este Iltre. Eibarrés.
Eibar es un pueblo con tradición e historia, indisolublemente unido a la historia de los vascos, pero distinto en su evolución y carácter ciudadano.
Es inevitable hacer mención a la solera liberal y laicista de esta ciudad armera, que les ha sido tan alabada, y que le viene a este pueblo de su posición en las guerras civiles del siglo XIX, en las que se situó del lado opuesto al absolutismo insurgente, esta solera liberal se diferencia de la que se destaca en el territorio histórico hermano de Bizkaia. En Eibar esa solera liberal puede definirse de un color vasquista que le ha acompañado hasta el presente. Por tanto es imposible no recordar la historia de la ciudadanía eibarresa sin destacar que superó su devoción y tradicionalismo tras las guerras carlistas, pasando a ser emblema primero en la apertura al liberalismo, hartos de un régimen absolutista que se mostraba incapaz de realizar la formula política del liberalismo: la democracia.
Me emociona especialmente recordar esa historia política comprometida de esta ilustre ciudad. Ese talante liberal vasquista que le hace ejemplo desde antaño para el presente y el futuro en los valores de tolerancia y el respeto, en la convivencia democrática y la existencia de espacios comunes y diversos donde conviven sensibilidades políticas y sociales diferentes. Respeto y tolerancia. Compromiso democrático.
Pero Eibar no sólo fue emblemática en esa apertura a los nuevos tiempos políticos nuevos valores y a la democracia, sino también hay una Eibar republicana con letras mayúsculas y como he comentado al principio fue el primer municipio en que se proclamó la segunda república en la madrugada del 14 de abril de 1.931
La industria y el trabajo han sido conceptos descriptivos y de los que se han enorgullecido los y las habitantes de Eibar, industria que ha sido, históricamente, la de la fabricación de armas. La ejemplar ciudad armera la llamamos. El trabajo industrial, primero en las ferrerías y posteriormente en los talleres gremiales fue y ha sido una de las bases prioritarias de la economía de Eibar, y el trabajo, con su componente social, ayudó a conformar un carácter e idiosincrasia singular en sus habitantes, de espíritu emprendedor y alegre.
La convivencia de los talleres con las viviendas, incluso instalados en ellas permitió la socialización del trabajo y de las diferentes tareas del proceso productivo y la relación igualitaria entre quienes las realizaban. Es por esto también, por esta forma de ver el trabajo, ligada a la artesanía, la que determinó en gran parte el carácter abiertamente liberal y luchador por los derechos ciudadanos que igualmente destaca a esta ciudad de Eibar al ser pionera en la lucha obrera y sindical; el movimiento de organización obrera se dio en Eibar de forma temprana, y puede decirse por tanto que lo que entonces era novedad social encontró el terreno abonado beneficiándose de la tradición política liberal eibarresa y el carácter de colmena de trabajo que económicamente ha tenido siempre Eibar.
Por encima de todos los logros que habéis propiciado los eibarreses y las eibarresas en vuestra historia como no podía ser de otra manera, sobresale el factor humano, el auténtico motor que ha posibilitado la evolución de este municipio a lo largo de los siglos. Los eibarres y las eibarresas -"betarras y goitarras - como inicialmente y hasta el planteamiento de las luchas sociales se dividían políticamente a los de Eibar", los nacidos aquí y los venidos de otros lares, los habitantes de las diferentes y plurales ideologías - siempre habéis trabajado juntos - sumando y no dividiendo, consensuando y evitando los fraccionamientos de vuestro pueblo por las diferentes tradiciones, orígenes o ideología - habéis hecho posible que la ciudad armera se haya convertido en un referente en Gipuzkoa y en Euskadi y en un lugar plenamente acogedor tanto para sus propios habitantes como para los visitantes. La supervivencia y el desarrollo de un pueblo estriba en su dinamismo y en su capacidad de trabajo en común.
Hoy Eibar, Gipuzkoa y todo nuestro País Vasco quiere avanzar y formar parte de la Europa AZUL, de la Europa DE LA CONVIVENCIA, DE LA SOSTENIBILIDAD, DE LA MOVILIDAD Y DE LA AMPLIACIÓN DE DERECHOS, Una Euskadi del siglo XXI y no del siglo XIX. Queremos una democracia plena en libertad e igualdad de derechos para vivir en paz y libertad y para avanzar en los parámetros europeos de calidad de vida y progreso social. Los vascos y las vascas también tenemos sueños comunes que nos unen. Y son esos y no otros.
Hoy nos hemos reunido en Eibar y añadiré -utilizando para despedirme nuevamente las palabras de un ilustre eibarrés, Toribio Etxeberria- lugar "donde a fuerza de fragua y martillo, batiendo hierros dulces, labraban sus cañones, que cobraron fama e hicieron honor a su punzón. Porque también el oscuro trabajo de todos los días, el esmerarse en un oficio y el criar hijos para la vida de los pueblos que entran a formar el caudal de las generaciones, merece el honor de la historia".