martes, 29 de diciembre de 2009

Guerra al 'ganbei'

RITUAL DEL BRINDIS

Tras innumerables comas etílicos, China prohíbe a sus funcionarios los excesos alcohólicos en cenas oficiales

Es un grito de guerra que temen muchos empresarios y unos pocos http://4.bp.blogspot.com/_B7ZCpS1sxOE/SxJAVwtYc5I/AAAAAAAAAU0/PKBKf1-0AAw/s1600/gambei.jpgpolíticos. «¡Ganbei!». En cuanto alguien exclama la palabra maldita, no se puede mirar para otro lado. El ritual es bien claro: se mira a los ojos de quien lanza el reto, se alzan las copas, se chocan, y se engulle de un trago lo que haya dentro. Puede ser el aterrador 'baijiu', un licor de arroz que en ocasiones alcanza los 62 grados de alcohol. Según avanza la cena y aumenta el nivel etílico de los comensales, los 'ganbei' se multiplican. Si se quiere cerrar un trato con los chinos, ya sean directivos de una empresa o políticos locales, hay que dar el do de pecho.

Así, no es de extrañar que muchos salgan a cuatro patas de la cena, en camilla o, en algunas ocasiones, en un ataúd. La costumbre del 'ganbei' está muy arraigada en China, donde es considerada una fórmula mágica para labrar el 'guangxi', las relaciones interpersonales, que resultan cruciales para el éxito empresarial. Pero el precio puede ser muy alto. Aunque no hay cifras oficiales, numerosas personas mueren por esta razón, y también hay víctimas entre la colonia española.

Para evitar este problema «de salud pública», el Gobierno local de la provincia sureña de Yunnan ha introducido una ley pionera que impide a los funcionarios participar del 'ganbei', aunque no les prohíbe beber. El problema está en que muchos se sienten obligados a hacerlo en cantidad muy superior a lo que su organismo puede tolerar. Para evitarlo, algunos portan una copia de la ley que no dudan en mostrar al que levanta la copa. De hecho, la nueva normativa ha sido impulsada a raíz de la muerte de un policía de tráfico de Shenzhen, que coaccionado, bebió en exceso. Su familia exigió que se le considerara un mártir, estatus que se da a quienes mueren en acto de servicio, y lo consiguió en primera instancia. Sin embargo, el debate posterior hizo que las autoridades se retractaran.

Ahora, diversos inspectores de incógnito investigarán en los restaurantes de Yunnan si se cumple la ley, aunque en la primera semana desde su aprobación nadie ha sido amonestado. Eso sí, sólo afectará a los funcionarios, por lo que los hombres de negocios occidentales (a las mujeres se les suele eximir del 'ganbei') tendrán que seguir ingeniándoselas para salir indemnes.

«Hay quienes antes de comenzar comen grandes cantidades de miga de pan, quienes aprovechan cualquier momento para tirar el licor en alguna maceta, o que, simplemente, vomitan varias veces durante la cena», comenta Natxo Artamendi, director del Instituto  Hispano-Chino de Tianjin.

Desafortunadamente, la mayoría termina borracho después de una sesión de karaoke en la que no puede faltar la canción de 'Titanic'. Tanto, que alguno se ha enterado a la mañana siguiente de cómo ha llegado a su cama, y de que la noche anterior firmó un acuerdo. Quizá se tenga que llevar las manos a la cabeza. Pero de lo que no hay duda, es de que tendrá que tomarse alguna que otra aspirina.