domingo, 15 de marzo de 2009

Ética y deporte



Escribió Alejandro Casona que más vale sembrar una cosecha nueva que llorar por la que ya se perdió. Interesante filosofía vital la del dramaturgo asturiano, que no por estética y pragmática deja de ser difícil de asumir, sobre todo por aquél al que en el sorteo de la vida le tocó la cruz.
Esto ha traído como consecuencia que entorno a ello se involucren publicistas, promotores y otros agentes que ponen su dinero en función de promover talentos deportivos con el objetivo de obtener jugosas ganancias provocando la obtención de dinero a toda costa que lejos de promover el objetivo fundamental por el cual se desarrolla el deporte salen a relucir diferentes males que afectan dicho desarrollo como son los arbitrajes engañosos, venta de jugadas y/o equipos y/o jugadores, el dopaje, la politización, la violencia entre otras manipulaciones, entre otras manifestaciones denigrantes de la sociedad actual.
Para el señor Jaime Fillol Durán, reconocido ex-tenista, la Ética se traduce en:
E- Esfuerzo: ‘El deportista hace y se hace”.
T- Transparencia: “Reflejar una buena imagen”
I - Inteligencia: “Comprender la lógica”.
C- Compromiso: “Honrar y respetar las reglas”.
A- Autenticidad: “Asumir una actitud”.
El deporte promueve estilos de vida sanos por la práctica del ejercicio, por tanto el deporte no debe tener un ropaje político ni mercantil ya que su principal función es la de unir a los pueblos sin tener fronteras raciales, religiosas ni político-ideológica y la de fomentar una mayor y mejor integración social
Que el deporte recupere poder, que no esté en manos de las cadenas televisivas ni agentes manipuladores. Hay que volver a las bases del deporte “a que gane el mejor”. El deporte no es un negocio o un valor particular sino un bien de toda la sociedad.