Parece que los cursillos últimamente me están resultando extra-productivos. El último al que he asistido, sobre cómo elaborar un Plan de Marketing no sólo me ha inculcado lo escrito en el plan formativo, sino que también me ha enseñado la existencia de un nuevo concepto para mí: La marca “Yo”.
Se trata de un concepto surgido en los noventa, bajo la idea de manejar de forma personal la marca, la marca “Yo”, es decir, que al igual que la marca de producto o servicio determinado, alguien al oír tu nombre lo asocie con valores, actitudes, características que te proporcionarían ventajas competitivas.
No sólo eso, sino que también es la imagen con la que quieras que te vean. Todos proyectamos una imagen hacia los demás. Se nos puede conocer como vagos, estrictos, cabrones (con perdón de la expresión), sin sangre, bonachones... a los ojos del resto de los mortales, SOMOS LA IMAGEN QUE LES VENDEMOS.
Por ello es tan importante cuidarla como cuidamos la imagen que proyecta la marca de un producto, ya que es tu carta de presentación. Y de ella dependerá en gran parte como seremos tratados y respetados.
Me resultó especialmente interesante, ya que pocos días antes un amigo me comentaba cómo las personas con las que trabajaba no lo tomaban en serio. Sin duda alguna, estaba vendiendo una imagen sobre sí mismo que no era la más adecuada. Al igual que se hace con las marcas comerciales, mi amigo debe de hacerse un lavado de imagen, y vender una marca “Yo” por la cual sea respetado.
Para crear la marca que queremos vender como imagen de nuestra persona (nuestro “DNI” como persona) debemos tener claros una serie de puntos:
-Quienes somos: tener claro qué papel desempeñamos en nuestra organización (laboral o social). El padre debe ser padre, y el gerente debe ser gerente. Ser amigo o confidente en los círculos equivocados puede hacer que te tomen a la ligera. Serás amigo de tus amigos.
-Buscar un referente: todos conocemos alguien a quien admiramos. Ésa persona con unos valores y actitudes que le engrandecen puede ser un modelo a seguir.
-Qué ofrezco: al igual que un producto, si tenemos que “vendernos” a alguien tenemos que tener claro lo que ofrecemos. Ej.: Jaime es un hombre leal, fiel a sus principios, gran amigo de sus amigos y un trabajador responsable.
-Mantener la imagen: sin duda alguna el tener claros unos valores y unas actitudes correctas y llevarlas al dedillo puede hacernos mejores personas.
Por último, añadir un consejo:
Éste puede ser tu currículo de la vida, así que invierte en ti mismo. Diferénciate y sé deseado. El éxito te espera.
Ian Exposito
Si desea saber más: la marca “Yo” para emprendedores en emprendedoresanonimos.com
lunes, 20 de septiembre de 2010
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