lunes, 9 de febrero de 2009

Iñaki Alonso, entrenador del real unión de irun


"Me ha venido muy bien mi trabajo de asesor de empresa para aplicarlo al fútbol"
¿Quién es Iñaki Alonso, la persona que hay detrás del entrenador que dijo lo de la asimetría?
Yo creo que alguien sencillo, humilde y ambicioso, que lo soy. En el mundo del fútbol le gustaría hacer algo. Y lo que sí está claro es que es alguien que está sacrificando muchísimo su vida, su familia, y que tampoco puede seguir mucho tiempo a este ritmo. Si salen bien las cosas, perfecto. El objetivo es intentar vivir del fútbol profesional y si no, habrá que cuidar a la familia, a los niños, y entrenar a chavalitos, o algo así.
O sea que Iñaki es un entrenador buscando su sueño.
Está claro. Empecé a entrenar a los 16 años y he pasado por todas las categorías: alevín, cadete, juvenil, Preferente, Tercera y Segunda B.
¿Ha jugado a fútbol antes de entrenar?
Jugué hasta Segunda B en la Cultural de Durango. En Tercera en el Galdakao y en Preferente en el Berriz y el Ermua. Un jugador de bronce.
¿En qué demarcación?
Era medio centro. Estuve en la selección de Euskadi juvenil con Blas Ziarreta. Estaban Alkorta, Garitano...
¿Medio centro defensivo u ofensivo?
¡Si era el máximo goleador! En juveniles, cuando fui a la selección de Euskadi, llevaba 18 goles. Iba muy bien de cabeza.
Sí que es alto.
1,86.
Estaría hasta más delgado.
Joder, tenía 20 kilos menos. Ahora tendré unos 100. Me sobran cinco o seis para estar a gusto. Pero antes era un guindilla .
¿Cómo se pasó a entrenar?
Estaba jugando en Durango en juveniles y la ikastola Kurutziaga me pidió que entrenase a los alevines un par de días a la semana. Otro compañero y yo cogimos un equipo y nos entró el gusanillo. Luego me acuerdo que estuve haciendo un máster de dirección deportiva.
Entonces, dejó pronto el fútbol...
Para eso sí fui bastante inconstante. Vi que no tenía salida clara arriba y me fui a sacar los carnés de entrenador. Empecé en cadetes, en Abadiño. Allí hice tres años; luego me fichó la Cultural de Durango y pasé otros tres años en juveniles. Ahí tuve un parón de un año por temas laborales.
¿Algún marrón?
Me pusieron al frente de una empresa que le habían echado al gerente y tuve que dejar de entrenar, pero al mismo tiempo me apunté para sacar el carné Nacional. Mira, una cosa curiosa para un vizcaino: todos los carnés los he sacado en Gipuzkoa. Para eso he sido un poquito raro.
¿En territorio comanche?
Me acuerdo que el carné Juvenil lo hicimos en Bergara, por Patxi (Pako) Aiestaran. A mí siempre me ha gustado Aiestaran. Es un maquinón. Muy, muy bueno. Nos dio clase en juveniles, cuando no era nadie. Estaba entrenando casi en el Beasain y yo allí ya dije, este tío va a ir para arriba.
¿Qué le vio?
Era metódico y estaba muy preocupado en cómo integrar la parte física con el fútbol. Después, el carné Regional lo saqué en Eibar, y el Nacional en Donostia. De mi promoción son Manix Mandiola, Félix Sarriugarte, Gorka Etxeberria, Xabier Estébanez (difunto), Gorka Zelaia... Y lo mismo, allí también estaba Patxi Aiestaran. Justo les habían echado de Osasuna, a él y a Benítez, y fue entonces cuando ficharon por el Valencia.
Usted es ingeniero industrial.
Así es.
¿Y qué hace un ingeniero entrenando a un equipo de fútbol?
Trabajo en una asesoría de Eibar, Trainer , en jornada reducida. Ya cuando fiché por el Real Unión, decidí reducir la jornada. Nos dedicamos a recursos humanos y gestión de empresa, que es en la parte que yo estoy. A mí me ha venido muy bien mi trabajo para aplicar temas de empresa al equipo y viceversa.
¿En qué consiste exactamente su trabajo fuera del fútbol?
Sobre todo lo que hacemos es proyectos de mejora para empresas, tanto organizativos como productivos. El modelo de gestión que tenemos es muy participativo, para llevarlo a cabo desde el operario al director general. Articular equipos para sacar lo mejor de ellos.
Así que reflota de todo, equipos de fútbol, empresas...
Hice un año en la empresa que te he comentado porque echaban al gerente. Tuvimos que dinamizar a la gente, trabajar gratis, sábados, domingos... Fue duro, pero le dimos la vuelta a la empresa y aún sigue en marcha.
Y además, buen piloto de coches, porque tendrá que hacer muchos kilómetros al día. ¿Dónde vive?
Vivo en Garai, un pueblecito junto a Durango. Mi mujer es de allí. Hago 200 kilómetros en coche todos los días.
Al margen del fútbol, ¿qué le preocupa y qué le divierte?
Me gusta la lectura, estoy leyendo un libro de Daniel Goleman sobre inteligencia emocional, titulado El líder resonante, crea más . El tema de la inteligencia emocional me gusta. Creo que es algo bueno para el fútbol y la empresa, y como dicen que en eso me muevo bien... Y luego, los críos. Tengo dos mellizos de tres años y el tiempo que me queda se lo dedico a ellos y a mi familia, que es la que más acusa mi dedicación al fútbol.

GESTION AVANZADA

CAMBIO DE MODELO: EMPRESARIAL


La definición de INNOVACION, que más me gusta, de todas las que he visto:
Innovar es la capacidad de transformar la situación actual, generando cambios palpables, medibles y capaces de mantenerse en el tiempo.
Creo que es el momento de innovar, transformar y/o cambiar el modelo de relación en la empresa.
Estamos en metidos en una crisis, a la que, depende a quien oigamos el adjetivo es más nefasto; nadie sabe cómo salir de ella, aunque todos queremos salir de ella, nos dedicamos a echar las culpas a los demás y defender los intereses particulares a corto, olvidando el medio/largo plazo. Y sobre todo no tomando decisiones que ayuden a salir y además sea una solución un modelo empresarial trasnochado.
Un modelo empresarial basado en la confrontación en la defensa de intereses particulares, negociaciones basadas en cada momento en “quien puede más”, en la soka-tira, en el egoísmo, en el mercantilismo, en ganar o ganar, en ….
En este momento no más remedio que arrimar el hombro, todos tenemos que ganar con las decisiones que se tomen. Como dice un amigo mío: o jugamos todos o pinchamos el balón.
En general el problema se centra en distribuir el trabajo y minimizar el costo/gasto hasta alcanzar tiempos mejores.
Si le echamos sentido común y situamos el problema en cualquier otro sitio que no sea la empresa (¿o la política?), como en nuestra propia casa, o con los amigos… las decisiones, seguro, hubieran sido otras.
En una familia con penurias económicas, la primera decisión no es empezar por decidir quién es el que no come, el sentido común nos lleva a reducir el consumo proporcionalmente, y si sobran 100 € para el bolsillo se reparten, y si no hay que renovar el vestuario la regla es para todos…. Pero cuando acaban las penurias lo BUENO también se reparte, comida, dinero, vestido,…
Es hora de un pacto empresarial digno del siglo XXI, en el que primen la comunicación y el bien común.