Cinco claves para eliminar la incompetencia en las empresas
Cuando una organización contrata a una nueva persona espera obtener a cambio de su inversión una mejora en los beneficios de trabajo. Para que eso sea posible, es necesario que desde el primer momento se establezcan las reglas que regirán el comportamiento futuro, proponiendo unas condiciones razonables y de mutuo acuerdo que generen un clima positivo y permitan el máximo desempeño.
El blog de negocios Business Pundit publicaba un artículo sobre cómo evitar que la incompetencia se extienda por las organizaciones, para lo cual la autora encontraba cinco actitudes perjudiciales que convendría desechar cuanto antes:
- Medir el desempeño basándose únicamente en números. En vez de ello, lo ideal sería evaluar el desempeño de los trabajadores semanalmente y basándose en la calidad más que en la cantidad. Además, los directivos deben tener en cuenta de que hay días que son más lentos y enseñar las mejores técnicas de venta.
- Repartir mucho trabajo entre muy pocos empleados, ya que eso puede hacer que los empleados competentes se sobrecarguen de trabajo y se vuelvan incompetentes al pedirles lo imposible. Por eso, es mejor ofrecerles apoyos en momentos de recorte de personal para dividir el trabajo entre más personas, por ejemplo, a través de contratistas.
- Esperar demasiado y demasiado pronto. Tanto los empleados como los jefes deben definir unas bases claras desde el principio para proporcionar los recursos necesarios y prometer sólo lo que se puede cumplir.
- Dar mayor importancia a la parte social que al desempeño. Para ello, es importante no confundir la afinidad personal con lo que es beneficioso para la compañía, ya que el problema surge cuando los trabajadores notan que son más importantes las relaciones sociales que sus progresos laborales.
- Recompensar la mediocridad. Para evitar este aspecto es importante que los directivos sepan crear un sentido de urgencia y de responsabilidad.
La eliminación de estas actitudes exige unos directivos preparados para generar prácticas sanas y sostenibles en la empresa, lo que pasa por adquirir un liderazgo diferente y acorde con los nuevos tiempos. En definitiva, los directivos deben ser capaces de involucrarse en todas las situaciones de la empresa que influyen en el clima de trabajo si quieren construir una empresa que obtenga siempre los mejores resultados.