Cómo mejorar el rendimiento de los trabajadores
Las autoevaluaciones realizadas por líderes empresariales demuestran que la mayor parte de los empleados sólo alcanza entre el 65 y el 70% de su productividad potencial. Por eso, una de las tareas más importantes de los directivos consiste en ofrecer a los empleados la orientación y el apoyo que necesitan para mejorar su rendimiento. Para el experto Ken Blanchard la actitud de las personas en las empresas de desarrolla en cuatro niveles.
Cuando una persona inicia una nueva tarea en la que tiene pocos conocimientos o experiencia se muestra entusiasta y dispuesta a aprender, pero necesita que un líder le asesore sobre sus tareas y la manera de desempeñarlas. Es la fase que Blanchard llama "Principiante entusiasta".
A partir de ahí se pasa a la de "Aprendiz desencantado", ya que va aprendiendo y su compromiso fluctúa porque se desilusiona con la tarea. Para evitarlo hay que ofrecerle coaching, es decir, orientación para seguir trabajando sus actitudes.
Si eso se hace correctamente, se pasará a la fase de "Capaz, pero cauto", en la que la persona sigue mejorando y comienza a cuestionarse si de verdad será apta para desempeñar la tarea por sí sola. Necesita que le escuchen y alienten sin que le orienten demasiado, ya que es perfectamente capaz de llevar a cabo el trabajo.
Por último, la persona se convierte en "Ganador independiente", demostrando unos niveles de capacidad y compromiso muy elevados. La labor del líder entonces es la de delegar funciones en ella.
Atendiendo a estos cuatro niveles, la clave para el líder reside, por tanto, en saber en qué etapa se encuentra cada persona y en función de ella, adoptar las medidas más adecuadas para que sus trabajadores rindan al máximo.
El rendimiento en los equipos
Pero además, estas actitudes son extrapolables a los trabajos en equipo, que son muy importantes si se tiene en cuenta que entre el 50 y el 90% del tiempo que pasamos en el trabajo lo dedicamos a tareas grupales.
En este sentido, los equipos pasan por un primer periodo de Orientación en el que todos están emocionados y listos para avanzar, que después deja paso a otro de Insatisfacción, ya que el trabajo en equipo requiere más cooperación de la que se suele prever y los integrantes pueden sentirlo como una pérdida de tiempo. Una vez que se supera esa insatisfacción llega la Determinación, fase en la que todos se muestran como un grupo unido, y la etapa Productiva, en la que en el equipo reina la armonía y el trabajo comienza a dar los resultados esperados. Es ahí cuando, al igual que ocurría con las personas, los líderes deben comenzar a delegar tareas en el equipo. Por último, el grupo se disuelve en la fase de Fin.