El capital humano de las empresas
Juan Díez Calleja 15:43 - 23/04/2009
Me contaron hace tiempo una historia que se remonta a los años en que se construía la catedral de Burgos. Un hombre que pasaba por allí preguntó a un cantero que trabajaba una piedra que qué hacía; el cantero le miró con cierta estupefacción y contestó: "Pico una piedra". El hombre se alejó y preguntó lo mismo a otro cantero y este contestó: "Hago una catedral".
De igual forma, en el contexto económico, nos podrían preguntar que qué hacemos, y responder: ahorro costes, supero una crisis, pico una piedra; o por el contrario, podemos afirmar: construyo una empresa sostenible, genero una fuente de riqueza para la sociedad, construyo una catedral. Podemos centrarnos en la gestión del día a día, en la corrección de indicadores económicos y financieros, en la mera ejecución de picar una piedra. Y aunque esto no quiere decir que sea malo, no lo puede ser todo. No por estar concentrado en el día a día se pueden dejar de plantear objetivos a largo plazo, establecer estrategias de mejora y construir una organización sostenible.
Disponer de los mejores
Si no se olvida este objetivo se puede plantear la actividad diaria como una carrera de fondo, con un sentido pleno, prestando atención a todos los aspectos que son los pilares del futuro, entre los que se incluye indudablemente el capital humano de las empresas . Disponer de los mejores profesionales es esencial para la sostenibilidad de una organización y, por ello, atraer y desarrollar talento y seguir invirtiendo en el futuro de las personas que ya integran una compañía es una prioridad.
Antes de la financiera se hablaba de la crisis de talento. Factores como la reducción de futuros profesionales en las universidades y el envejecimiento de la población siguen estando y estarán cuando superemos la actual coyuntura. Hay que continuar trabajando en iniciativas que potencien la atracción y el desarrollo del talento. Es primordial seguir trabajando con las universidades y las escuelas de negocio, identificando aquello que profesores y estudiantes valoran más de las empresas , y colaborando en materias donde las prácticas de trabajo complementan el aprendizaje en las aulas.
Hay que ofrecer un marco de desarrollo en el que las personas crezcan profesional y personalmente, ofreciendo un tipo de actividad que evolucione con el paso del tiempo, de manera que se ofrezcan al profesional nuevos retos y responsabilidades; además de mantener un esquema de aprendizaje continuo, desde los fundamentos más técnicos hasta el desarrollo de habilidades para hacer crecer el negocio.
Atraer el talento
Los profesionales con talento ayudarán significativamente a superar la actual situación, pero estos no eligen una compañía como tal, eligen una filosofía de trabajo, unos valores, unos modos de hacer y un marco de oportunidades de desarrollo y formación. Son las empresas las que tienen en su mano escuchar y dar respuesta a las expectativas de los profesionales, y han de ser capaces de conciliar este objetivo con su desarrollo sostenible. Sin duda un reto para el que hace falta talento.
Si renunciamos a todas las políticas que se han venido desarrollando en los últimos años estaremos sólo picando piedra, y no construyendo catedrales. Más tarde, cuando la economía vuelva a la senda de la recuperación, será difícil retomar el camino perdido, ya sea porque muchos profesionales con talento se habrán marchado ante la falta de proyecto y de posibilidades de desarrollo o porque los nuevos talentos no vean a una empresa con oportunidades y capacidad de desarrollo.
Además, cuando las empresas se den cuenta de la realidad que viven y dejen de picar piedra para construir catedrales, muchas llevarán ya años de adelanto y habrán perdido la carrera por el talento. Porque aquellos que han venido trabajando de cara a un objetivo de largo plazo y sostenible en el tiempo se erigirán en el mercado como catedrales, que se divisan desde kilómetros y que son fuente de atracción, en este caso del mejor talento.
De igual forma, en el contexto económico, nos podrían preguntar que qué hacemos, y responder: ahorro costes, supero una crisis, pico una piedra; o por el contrario, podemos afirmar: construyo una empresa sostenible, genero una fuente de riqueza para la sociedad, construyo una catedral. Podemos centrarnos en la gestión del día a día, en la corrección de indicadores económicos y financieros, en la mera ejecución de picar una piedra. Y aunque esto no quiere decir que sea malo, no lo puede ser todo. No por estar concentrado en el día a día se pueden dejar de plantear objetivos a largo plazo, establecer estrategias de mejora y construir una organización sostenible.
Disponer de los mejores
Si no se olvida este objetivo se puede plantear la actividad diaria como una carrera de fondo, con un sentido pleno, prestando atención a todos los aspectos que son los pilares del futuro, entre los que se incluye indudablemente el capital humano de las empresas . Disponer de los mejores profesionales es esencial para la sostenibilidad de una organización y, por ello, atraer y desarrollar talento y seguir invirtiendo en el futuro de las personas que ya integran una compañía es una prioridad.
Antes de la financiera se hablaba de la crisis de talento. Factores como la reducción de futuros profesionales en las universidades y el envejecimiento de la población siguen estando y estarán cuando superemos la actual coyuntura. Hay que continuar trabajando en iniciativas que potencien la atracción y el desarrollo del talento. Es primordial seguir trabajando con las universidades y las escuelas de negocio, identificando aquello que profesores y estudiantes valoran más de las empresas , y colaborando en materias donde las prácticas de trabajo complementan el aprendizaje en las aulas.
Hay que ofrecer un marco de desarrollo en el que las personas crezcan profesional y personalmente, ofreciendo un tipo de actividad que evolucione con el paso del tiempo, de manera que se ofrezcan al profesional nuevos retos y responsabilidades; además de mantener un esquema de aprendizaje continuo, desde los fundamentos más técnicos hasta el desarrollo de habilidades para hacer crecer el negocio.
Atraer el talento
Los profesionales con talento ayudarán significativamente a superar la actual situación, pero estos no eligen una compañía como tal, eligen una filosofía de trabajo, unos valores, unos modos de hacer y un marco de oportunidades de desarrollo y formación. Son las empresas las que tienen en su mano escuchar y dar respuesta a las expectativas de los profesionales, y han de ser capaces de conciliar este objetivo con su desarrollo sostenible. Sin duda un reto para el que hace falta talento.
Si renunciamos a todas las políticas que se han venido desarrollando en los últimos años estaremos sólo picando piedra, y no construyendo catedrales. Más tarde, cuando la economía vuelva a la senda de la recuperación, será difícil retomar el camino perdido, ya sea porque muchos profesionales con talento se habrán marchado ante la falta de proyecto y de posibilidades de desarrollo o porque los nuevos talentos no vean a una empresa con oportunidades y capacidad de desarrollo.
Además, cuando las empresas se den cuenta de la realidad que viven y dejen de picar piedra para construir catedrales, muchas llevarán ya años de adelanto y habrán perdido la carrera por el talento. Porque aquellos que han venido trabajando de cara a un objetivo de largo plazo y sostenible en el tiempo se erigirán en el mercado como catedrales, que se divisan desde kilómetros y que son fuente de atracción, en este caso del mejor talento.