domingo, 20 de diciembre de 2009

GROUCHO MARX

Nació como Julius Henry Marx en Nueva York, hijo de Minnie Schoenberg, inmigrante alemana cuyos padres regentaban una compañía de cómicos ambulantes, y de Sam Marx, de origen francés, ambos padres Judíos. Marx debutó en el mundo del espectáculo a los 15 años como cantante solista.

Pasado algún tiempo comenzó a actuar junto a sus hermanos en el vodevil, primero en tríos o cuartetos musicales y finalmente en revistas. La obra Cocoanuts, interpretada de 1925 a 1928, dio a los Marx su oportunidad en Broadway.

Marx falleció en Los Ángeles a causa de una neumonía, dejando atrás tres ex-esposas, Ruth, Kay y Eden, tres hijos, Arthur, Miriam y Melinda, 18 películas, 14 de ellas junto a sus hermanos (una de ellas perdida), y millones de admiradores. Una de sus célebres frases fue: "No deseo pertenecer a ningún club que acepte como socio a alguien como yo". Groucho Marx fue incinerado, sus cenizas se guardan en el Eden Memorial Park, siendo falso el epitafio "Perdonen que no me levante" que popularmente se cree que está en su tumba.

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados.

Cuando muera quiero que me incineren y que el diez por ciento de mis cenizas sean vertidas sobre mi empresario.

Trabajando, he conseguido ascender desde la nada hasta la pobreza más extrema.

Inteligencia militar: Dos términos contradictorios.

El matrimonio es la principal causa de divorcio.

Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna...

El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido.

Debo confesar que nací a una edad muy temprana.

En las fiestas no te sientes jamás; puede sentarse a tu lado alguien que no te guste.

Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no los conozco muy bien.

Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre, y dentro del perro probablemente esta demasiado oscuro para leer.

Nunca olvido una cara, pero haré una excepción en su caso.

Fuente: www.citasyrefranes.com

Píldoras de Sócrates

Píldoras de Mark Twain