El déficit se mide como porcentaje del PIB y, como han explicado muchos columnistas, es tan importante reducir el gasto como estimular el crecimiento.
Ignacio Dolz de Espejo. 11/06/2010. eleconomista.es
Hasta ahora, en España se han tomado medidas de choque destinadas a reducir el excesivo gasto del Estado. En condiciones normales, el segundo paso debería ser devaluar nuestra moneda, de manera que se incremente la competitividad y se reduzcan las importaciones sin que la mayor parte de la población lo note en su bolsillo.
Dado que dentro de la zona euro no es posible devaluar, hay que buscar otras vías para estimular el crecimiento y recuperar la competitividad.
Se habla mucho de la reforma laboral, de la financiera, de la crisis del ladrillo... pero todavía no he leído ningún artículo que explique el porqué de las cosas.
Mejorar los factores de producción
Los economistas clásicos hablaban hace ya muchos años de los factores de producción. Bienes escasos y con un coste, necesarios para producir. Pues bien, dado que no podemos devaluar, deberemos abaratar a las empresas el precio de aquello que necesitan para producir y deben pagar.
Tradicionalmente se habla de tres factores: tierra (incluyendo las materias primas), capital necesario para producir, y trabajo (que aglutina al trabajador y al empresario). Además, todos ellos pueden ser mejorados gracias a la tecnología y a la educación.
Veamos punto a punto cómo podemos abaratar los factores para estimular el crecimiento de España.
Factor tierra
El valor de terrenos y activos inmobiliarios no ha corregido tanto como en otros países pese a haber tenido una fuerte burbuja. Hasta ahora, la absorción y retención de dichos activos por parte de los bancos a valores irreales ha impedido un abaratamiento.
Sin embargo, la reforma propuesta por parte del Banco de España obligará a acelerar los calendarios de provisiones, y por tanto, hará caer el valor de naves, casas y terrenos.
La caída del valor provocará un abaratamiento de costes a las empresas y una reducción más rápida del enorme inventario que tenemos en España. De ese modo, podríamos ver en un par de años a las promotoras construyendo unas 200.000 casas anuales, contratando peones, y por tanto reduciendo drásticamente el desempleo.
Factor capital
El sistema actual es ineficiente. Las cajas de ahorros, gobernadas por políticos, han concedido créditos a quien más les interesa, y no al más solvente o al más emprendedor.
Debemos ayudar a mejorar el sistema financiero para hacerlo más eficiente. Hemos empezado bien con el nuevo calendario de provisiones, pero es necesario reformar la ley de cajas, acelerar su proceso de fusión, y probablemente intervenir más entidades.
Debemos tener menos bancos, pero fuertes y eficientes y con balances saneados y representativos de la realidad del sector inmobiliario. Uno de los principales problemas de los bancos españoles es la falta de fe de los inversores institucionales en el valor real de sus activos.
Factor trabajo
En contra de lo que publican muchos economistas, no creo que sea necesario reducir las indemnizaciones por despido, sino hacer el sistema menos polar. Hoy en día, la alternativa del empresario es apechugar o despedir al empleado.
En caso de despido, sufrimos todos: el trabajador, por su situación; el empresario, por el coste; y el Estado, por pasar de tener una persona que contribuye a una que necesita un subsidio. Los Expedientes de Regulación de Empleo ya le han facilitado las cosas al empresario en apuros. Creo que sería muy positivo hacer algo más flexible el modelo del empleado fijo, de manera que un empresario con problemas tenga facilidades para poder reducir el salario (y las horas de trabajo) a un empleado fijo con tal de no tener que despedirle.
Por poner un ejemplo, una fábrica que produce un 30% menos debería tender más a reducir el número de horas que cobran sus empleados en lugar de tener que despedir al 30% de la plantilla.
El empleado mantendría su puesto, el empresario se ahorraría la indemnización, y el Estado seguiría teniendo una persona que contribuye. También es necesario reformar los convenios. No creo que sea necesario explicar aquí en qué medida son irreales, absurdos y representativos de una situación distinta de la actual.
Reforma educativa
La tecnología y la educación o el conocimiento son aceleradores y nexos de los factores. No es necesario insistir en la necesidad de un pacto de Estado para la educación que premie el mérito. Ningún país puede sobrevivir manteniendo al vago y sin ayudar al trabajador y al inteligente.
Nuestro sistema educativo debe ser exigente y capaz de aupar al capaz por encima del que no lo es. Se ha creado en España una Formación Profesional competitiva y adaptada a las necesidades de las empresas.
Necesitamos universitarios más preparados y mayor cantidad de personas que tengan una "formación práctica adecuada a las necesidades de la economía y a los diferentes sectores productivos" (extraído de la web del Ministerio de Educación).
Menos empresarios pero mejor formados y más profesionales que lleguen por primera vez al mercado laboral con una fuerte formación práctica previa.
Ayudas al empresario
Por último, algo que volverá a caer en saco roto. Debemos ayudar al empresario, pero con un plan creíble, organizado y focalizado en sectores estratégicos.
Por ejemplo, bajando aun más los impuestos a la empresa que invierta en I+D, superestimular uno o dos sectores de la economía (como el turismo y el farmacéutico), y ayudar al sector exportador reduciendo el impuesto de sociedades en la misma medida en que ha subido el IVA, de manera que el exportador (que no repercute IVA) sea más competitivo.
Por resumir. El Gobierno ya ha empezado a reducir el gasto, pero tiene pendiente la necesidad de estimular el crecimiento, y ésa es la razón por la que debe mejorar la educación, reformar el sector financiero ayudando al sector inmobiliario a corregir, y hacer una reforma laboral que haga menos necesario el despido.