jueves, 11 de agosto de 2011

HUELE A VERANO, HUELE A TRABAJO



Estamos de enhorabuena, y es que hace poquito, inicié un nuevo proyecto profesional como Consultor para Randstad. Con ello, se abre una nueva etapa en mi vida, y aunque sigo visitando y muchos de mis clientes se dediquen al mundo de la industria, saco un pie del mundo del “taller” y zambullo el otro un poco más en el de los RRHH.

Una vez más, mis líneas irán encaminadas hacia las personas, ese indispensable recurso que hace rotar el motor de la economía. Hasta aquí las palabras bonitas. Porque una vez más, tengo ganas de tirar de las orejas a más de uno, como explicaré más abajo.

Ya que he empezado hablando de mí mismo, y sin ánimo de desmotivar sino todo lo contrario, os diré que estuve desempleado 2 semanas en las cuales realicé 4 entrevistas de trabajo, y de las cuales obtuve la posibilidad de contratación en 2.

Mi CV no es la octava maravilla. Ni tuve enchufe alguno en ninguna de las empresas en las que ofrecí mi candidatura. ¿Qué quiero decir con esto? Sólo mandar un mensaje: TRABAJO, HAY.





Desde 2009 vivimos una nueva era en la que la preparación, la experiencia y las exigencias de ofertantes y demandantes de empleo en el mercado laboral han perdido su coherencia de antaño.

En esta coyuntura, debemos buscar un reciclaje, empezando por el pensamiento, ya que lo que antes era válido, ahora no. No debe uno ceñirse a su experiencia o formación de antaño, sino mostrar una actitud positiva a las circunstancias actuales.

De las entrevistas que pude realizar, ninguna tenía relación directa con mi formación académica, y sólo una tenía relación con mis anteriores empleos.

El resto, eran puras ganas de trabajar y de aprender:

En la evolución laboral que sufrimos (o no), nuestra supervivencia pasa por adaptarnos a la realidad actual, sin esperar a que ella se adapte a nosotros, a nuestras exigencias, hábitos pasados… y saber responder a las necesidades que el mercado nos propone como personas renovadas.

Echad un vistazo al trailer de esta película, totalmente recomendable:

http://www.youtube.com/watch?v=SIByWFPEupc

En esta nueva etapa para mí también he conocido un nuevo tipo de trabajador (cualquier día de estos edito una enciclopedia como biólogo laboral…), o no-trabajador: EL TRABAJADOR JUST-IN-TIME.

Se caracterizan, haciendo honor al método Toyota, en que quieren su trabajo en el momento en el que lo necesitan, y quieren exactamente el trabajo que ellos tienen en mente.

Los he conocido a raudales últimamente, y son más abundantes aunque no exclusivos durante la temporada estival. Pueden llevar 8 meses en el desempleo, pero cuidado con llamarles en Agosto, porque no sólo te responderán con una negativa, sino que hasta parecerán ofendidos:
-“Pfff…ahora? Es que quiero irme al pueblo/ Benidorm/ fiestas de nosedónde…”
-“Oye, que estoy de vacaciones (¿?) y además no es de lo mío, que yo lo último que tengo hecho es un Master en Aplicación de la Avena para Tratamientos Dermatológicos Post-operacionales en la zona Maxilofacial! (tú sigue esperando bonito…)”

Y es que es comprensible, estarán cansados de toda la actividad realizada durante todo el año, a mí también me cansaría pasar el día viendo la careta de Belén Esteban (con todo el respeto a su ¿cirujano?).

Amigos trabajadores o no-trabajadores Just-In-Time:

Ya podéis poneros las pilas y cambiar el chip, porque el trabajo en el futuro no será el que vosotros queráis y cuando vosotros queráis. Ojalá fuera así, de corazón pienso que hay que perseguir los sueños… pero no a costa de tener el estómago vacío.

…Y permitidme que me ría cuando os oigo en un bar comentando entre cañas que la cosa está “mu mal” y que no hay trabajo.

Ian Exposito