¿Quién desconoce la marcada personalidad del eibarrés?
El eibarrés es enérgico emprendedor y creador, y uno de los factores que le forjó esas características es el euskera.
El eibarrés es además de un carácter alegre y un temperamento libre y abierto. No faltan quienes dicen que el eibartarra es pedante y <<farol>>, pero quien conozca a fondo el alma de un eibarrés encontrará en él siempre, un alma generosa y llena de bondad. Quien pensase lo contrario es porque no comprende al eibarrés, porque su personalidad es tan desbordante que quien se enfrenta queda como desvanecido. Pero el eibarrés es amado y estimado en todas partes y posee amigos dondequiera que pise.
No dudamos pues, que el peculiar euskera eibartarra es uno de los factores fundamentales que ha forjado al eibarrés esa marcada personalidad. Incluso hay erdeldunes, que afincados en nuestro pueblo y aprendido el <<eibarrés>> han adquirido tal semejanza con el indígena, que en cualquier lugar es capaz de desbordar ese influjo personal eibartarra, incluso con su característica alegría, cosa que le hubiese sido difícil en el caso de no asimilar el euskera.
El eibarrés bautizó a su pueblo con el nombre EIBAR, topónimo formidable y sabio que con solo nombrar nos da idea clara de su emplazamiento o configuración geográfica, pues Eibar es una variante de Ibar que quiere decir, traducido al castellano, orilla del río o vega. Efectivamente es así como se halla nuestro pueblo. El eibarrés antepasado llenó nuestros montes con nombres euskéricos tan arraigados en nuestra idiosincrasia que forman parte de nuestro carácter, y nuestro amor a ellos no admitiría otra denominación: Arrate, Urko, Akondia, Kalamua, Galdaramiño, son montes que han alimentado el espíritu del eibarrés, y nombrados nada más, nos remonta a sus cumbres, esas cumbres por las que todo eibarrés ha desfilado.
El eibarrés creó industrias, trabajó, luchó, pensó y todos sus desvelos los hizo en su idioma, el euskera eibarrés. Al eibarrés se le nota por su euskera robusta y rica en ideas.
El eibarrés no encuentra dificultad alguna para hablar y tratar de temas de trascendencia; desarrolla problemas de mecánica, resuelve sus necesidades de contabilidad, incluso es capaz de desarrollar temas de religión e incluso filosofía, y todo ello expresándose en euskera. Claro está, el sistema decimal por ejemplo, será tratado con términos ajenos a su lengua, tal como hacen todas las lenguas modernas, pues así lo aprendió e incluso asimila vocablos exóticos y los incluye en su lengua sin sospechar de su procedencia; es fluida su charla, correcta su sintaxis, objetiva su expresión, si en todas estas manifestaciones emplea vocablos erdeldunes, de origen griego o latino, es porque el eibarrés los asimila sin detrimento de su integridad intelectual o cultural, porque su euskera no le abandona, porque su euskera es rico, y porque emplea esos exotismos a través de su idiosincrasia, manteniendo viva su personalidad y pensando en euskera, que es pensar en eibarrés.
Si, desgraciadamente, el eibarrés perdiese su lengua, nunca podría más decir que es euskaldun. Y no hay duda que perdería gran parte de su ser.
I.L. Eibar 1960
EGO-IBARRA
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