¿Alguna vez has escuchado a un interlocutor pero al final no recordaste nada de la conversación?
Escuchar es "prestar atención a lo que se oye", según la Real Academia Española. Hacer esto muy buen es una habilidad sumamente importante en la vida profesional y personal. Para ser un oyente efectivo necesitas practicar la escucha activa, cuando escuchas bien, con atención y cuidado, intentando entender lo que te dice la otra persona.
Tenemos la tendencia a no escuchar lo que nos dice el interlocutor porque estamos unos pasos por delante pensando en cómo vamos a responder a la persona con la que hablamos. Es importante poner el enfoque en las palabras, el mensaje y la manera de hablar del interlocutor para escuchar bien. La otra persona se da cuenta cuando no estás escuchando y normalmente se molestará por ello. En este momento puedes dañar la relación, por ejemplo perder una venta en la vida profesional u ofender los sentimientos de un amigo en la vida personal.
Por otro lado es beneficioso practicar la escucha activa. La otra persona sentirá la confianza necesaria para ser sincera con nosotros y valorada, lo que es importante para motivar a otros. También fomentará una relación positiva del respeto con el interlocutor. Le parecerá a la otra persona que su mensaje es importante y estará relacionándose con el oyente.
Es posible entrenarnos en la escucha activa y cualquier persona puede llegar a dominar esta habilidad con la práctica y la resolución. Nuestros clientes, compañeros de trabajo, familiares, amigos...se darán cuenta del cambio y valorarán nuestro esfuerzo.
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