lunes, 2 de noviembre de 2009

CAMBIO DE MODELO

Competir con ingenio, clave del futuro

Oren Harari, en Enpresa Digitala

Una y otra vez, el Correcaminos esquiva el peligro y se alza con la victoria, mientras que el Coyote queda magullado y destrozado.

El Correcaminos es el gurú empresarial indiscutible para el nuevo milenio. Hablamos completamente en serio. Piénselo.

En cada uno de los episodios de los dibujos animados de Warner Bros., los personajes del Correcaminos y del Coyote se encuentran en el desierto para competir en ingenio.
Los espectadores perciben inmediatamente el paralelismo con David y Goliath. El Coyote tiene un inmenso arsenal de artilugios para atrapar al Correcaminos y utiliza estas herramientas con gran astucia
y sigilo contra su escuálido y aparentemente indefenso oponente.
Tiene a su disposición todos los grandes activos tangibles y ha entablado una gran “alianza estratégica” con un misterioso fabricante llamado Acme. Tiene un gran dominio de la planificación estratégica y está obsesionado con “aplastar” a su adversario. En este aparente desequilibrio, ¿quién va a pensar que puede vencer el pequeño y desgarbado pájaro? Sin embargo, una y otra vez, el Correcaminos esquiva el peligro y se alza con la victoria, mientras que el Coyote queda magullado y destrozado. Recuerde la siguiente escena:
El Coyote se apoya en un vagón de Acme que está enganchado a un globo meteorológico. A un lado, tiene atado un yunque de 250 kilos y, al otro, un ventilador. El Coyote utiliza el ventilador para impulsarse por encima de un precipicio.
Mientras vuela por el aire, atisba al Correcaminos a toda velocidad por la carretera. Arroja el yunque por la borda, pero la súbita pérdida de peso hace que el globo suba vertiginosamente. La cuerda
que lo sujetaba se desenreda y el globo da una sacudida mientras se escapa el aire. El Coyote se cae y se estrella en la carretera. El yunque cae sobre su cabeza. El Correcaminos pasa por encima de él.
Las hazañas del Correcaminos se escapan a la lógica. Atraviesa túneles imaginarios, nunca se queda atrapado en el cemento y se ríe siempre que su adversario trata de imitar su velocidad.

Parece que funciona con un conjunto de reglas completamente diferente –puede que incluso con un paradigma diferente del mundo– que deja al Coyote siempre frustrado, agotado y hambriento.

¿Es usted un Coyote o un Correcaminos? ¿Qué me dice de su empresa?.

A todos nos encantaría pensar que nuestras empresas son Correcaminos, pero la verdad es que la mayoría no lo son. Al fin y al cabo, el “estilo Coyote” ha funcionado bien durante años. En el mundo del Coyote, “gestión profesional” significa ser analíticamente desapegado, inflexible y tenaz. Los Coyotes son delgados y malvados, especialmente malvados. Elaboran un “gran plan” y lo ponen en práctica implacablemente, sin desviarse nunca hasta que llegan a la última etapa. Mantienen firmemente su rumbo, sin mirar más allá –después de todo, “siempre lo hemos hecho así”– y están obsesionados con el secreto y el sigilo. El problema es que este método no funciona en nuestra economía digital, de nanosegundos, completamente abierta.

Por el contrario, ¿qué cualidades observa usted en el Correcaminos? Un espíritu libre y alegre, completamente abierto y aparentemente sin miedo. Es turbo-veloz, flexible y hábil, siempre mira hacia delante e improvisa soluciones para obstáculos que aparecen repentinamente. Se enfrenta a cosas aparentemente imposibles con confianza y energía.

Además, disfruta haciéndolo.

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